Ya sean contraseñas, correos, fotos, datos de pagos o cualquier tipo de información sensible, el cifrado modifica los datos legibles para que parezcan valores aleatorios. Los cuales tienen que descifrar para ser leídos y su acceso es restringido únicamente a las partes autorizadas.
El cifrado de datos es una de las formas más comunes para garantizar que la información que sale de un equipo de cómputo no pueda ser interceptada por un tercero y utilizarla malintencionadamente.
Aunque los datos cifrados aparentan ser aleatorios, están codificados de una forma lógica. Se trata de una clave criptográfica. Es decir, una cadena de caracteres utilizados dentro de un algoritmo para modificarlos hasta convertirlos en un formato indescifrable a simple vista, pero que con la clave correcta pueden ser leídos con toda claridad.
La seguridad de la clave criptográfica depende de su complejidad, pues existe la posibilidad de que los hackers intenten con números aleatorios hasta adivinar la clave correcta y acceder a la información privilegiada.
Hay dos diferentes tipos de cifrado
El cifrado simétrico y asimétrico son los tipos más comunes. En el primero existe una clave secreta que sirve tanto para la codificación como para la descodificación. Al estar toda la seguridad centrada en la clave, debe ser lo suficientemente compleja para que no sea fácil de adivinar por cualquiera.
Lo peligroso de la criptografía asimétrica es que al comunicarse entre emisor – receptor para acordar la clave, la información puede ser interceptada y decodificada.
En cuanto al cifrado asimétrico utiliza dos claves, una se utiliza para el cifrado y otra para el descifrado. El código para el cifrado se comparte de forma pública, pero la clave para el descifrado es privada.
¿Para qué sirve el cifrado de datos?
La confidencialidad es una de las principales ventajas del cifrado de datos. Ya que garantiza que la información enviada no sirva a otros propósitos que no son los destinados. Por ejemplo, además de protegerte de hackers, también lo hace de las redes publicitarias, proveedores de servicios de internet, e incluso del gobierno, pues en algunos casos podrían intervenir la comunicación y enterarse de información personal.
De igual manera, el cifrado de datos puede evitar el robo de información desde un dispositivo. En caso de que el disco duro esté codificado, la información seguirá estando segura, pese a que físicamente ya no esté con su dueño.
La criptografía también ayuda a que los mensajes lleguen tal y como fueron enviados por el emisor al receptor. Esto es importante pues en su trayecto por internet corre el riesgo de ser alterados.
¿Cómo sé si mis datos están cifrados?
La mayoría de las apps de mensajería instantánea como WhatsApp, Telegram o Messenger usan el cifrado extremo a extremo, cuya función es que ninguna persona ajena pueda acceder a los mensajes que se envían y reciben en el dispositivo.
Por cada mensaje enviado se emite un código que únicamente se puede descifrar en el dispositivo del emisor y el receptor.
Para una protección más personalizada pueden utilizarse aplicaciones como BitLocker para cifrar discos duros en Windows o File Vault para Mac. Al igual que pueden crearse carpetas en el sistema operativo a las que únicamente se puede acceder mediante una contraseña privada.
Actualmente, la mayoría de los dispositivos tienen opciones para cifrar datos. El cifrado va desde crear una contraseña poderosa a tu celular o computadora, así como activar la verificación de dos pasos.
Cifrar es, básicamente, proteger con llave toda la información que pueda ser leída por terceros. Solo es cosa de explorar tu dispositivo y bloquear todos los accesos posibles con claves que únicamente tú conozcas y recuerdes.
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